Amar sin miramientos trae consecuencias
Hola. Yo quiero contar mi historia, por así decirlo.
No tengo amigas ni a nadie con quien desahogarme. Es difícil ser como soy, amar sin miramientos trae consecuencias y, si esa persona no es la indicada, muchas veces son malas. No es necesario que esa persona sea mala, solo imposible, diferente…
Yo me enamoré y amé por vez primera a los 18 años, con toda la pureza y la inocencia del primer amor. Era, tan especial… tan dulce y lindo estar enamorada que lo dejé todo: amigos familia, todo. Era mi Díos, mi paz, mi futuro y mi existir.
Pasé los cuatro mejores años de mi vida, lo amé como a nadie. Pero luego yo comencé a crecer, a trabajar y a conocer mucha personas en mi trabajo que me hacían notar que él no sentía lo mismo, que era yo quien organizaba mis tiempos para estar a su lado con sus condiciones y hacía todo para cumplir con sus exigencias. Me dejé a mí misma para ser lo que él quería de mí, y me perdí.
Perdí su amor por decisión propia, porque ya no me llenaba alguien que sólo quería una novia perfecta que cumpliera con todas sus exigencias a cambio de nada.
Perdí todo, entré en un mar de confusiones y soledad.
Empecé a salir con personas diferentes, probé lo bueno y lo malo del amor.
Perdí mi inocencia, y de algún modo mis sentimientos quedaron guardados en algún sitio que no logro hallar.
Estuve un tiempo llorando un amor falso y estando con personas que no me llenaban ni me hacían sentir nada.
Hasta que se acercó alguien que desde hacía tiempo lo conocía, jamás lo había mirado.
Pero apareció, tomamos un par de cervezas y me escuchó varias veces. Me escuchó, me comprendió y no me juzgó. Es diferente de aquella persona que yo amé, no me pide nada, me acepta como soy, me entiende y me da fuerzas, cariño y amor. Todo es nuevo para mí, él es mi playa y mi mar calmo en verano, mi paz después de la guerra.
Nos estamos conociendo. Él a mí y yo a él. Pero también me estoy conociendo a mí misma, más mujer y un poco más segura, tratando de dejar mis miedos y fracasos atrás, porque no tengo miedo de volver a enamorarme. Porque así es el amor: te puede elevar muy alto y luego puedes caer a la deriva, pero si tienes fe y crees en Dios puede estar esperándote alguien allí abajo para atraparte y volver a ascender al cielo y volver a soñar de nuevo.
(Anónimo)