Amor correspondido, pero prohibido.
Tengo 16 años.
En febrero de 2010, mi profesor de matemáticas cogió la baja, así que vino un substituto. Se llama Manuel, tendrá unos 32 añitos y el día 6 de este mes cumplirá otro. Bueno el caso, es que al principio era un profesor mas, yo atendía en sus clases como en todas… Al ser la única que atendía en clase el pues trataba mas conmigo en temas de estudios.
El es muy abierto y graciosillo. En los exámenes me chivaba cosillas con su sonrisilla de malote, me daba golpecitos en el brazo para que me torciera la letra. Yo me ponía nerviosa y sonrojada, cosa que el me devolvía una sonrisilla mas alegre de lo normal. Al principio no me gustaba, no es que digamos un cuerpo escultural pero en el amor es lo de menos. Al mes empecé a querer hacer clases de matemáticas aunque el ambiente no ayudara, entonces me fui dando cuenta pero pensé que serian tonterías.
En junio nos fuimos de fin de curso 12 chicas y dos profesores, uno de ellos Manuel. La primera noche fuimos a la discoteca del hotel, pero no querían bailar. Yo saque a Manuel aun que no se movía, me contonee.
Esa misma noche al dormir tuve un sueño, éramos el Manuel y yo, estábamos hablando, sonriendo en una roca de una playa, entonces nos besamos… Al despertar me quede parada, pensativa, no me creía mi sueño, pero me di cuenta de que le quiero.
Ese día hablamos mucho mas, me hice la remolona, le comente que las chicas iban a ver una serie “Física y química” y no me gusta, entonces me invito a su habitación a ver “House”. Estaba nerviosa, empezamos a hablar, me contó muchas anécdotas muy graciosas y nos reíamos mucho, nos preguntábamos cosas, una detrás de otra.
Al día siguiente hablábamos a casi todas horas e intentábamos estar lo mas juntos posible. Supongo que era cosa mía, pero estaba súper cómoda con el. Esa noche también me invito por que daban otra de esas series para “chicas” y nos quedamos en su cuarto a solas, otra vez seguimos hablando de cosas, sus trabajos anteriores, que donde haría bachillerato, que quizás nos volveríamos a ver… Muy intimo todo.
En las actividades me hacia bromitas de las suyas, cosa que me hacían reír mucho. Yo a él, también. Esa noche jugamos a las cartas con unas cuantas personas mas, el me toco conmigo, entonces nos teníamos que susurrar cosas al oído para que no las escucharan los demás, evidentemente. No sabéis los escalofríos que me recorrían el cuerpo, aun recuerdo su vocecita…
Al día siguiente estaba muy triste porque al día siguiente volveríamos a casa. Estuve muy pensativa mirándole todo el rato… Aquella noche no me toco con el, así que cuando nos fuimos a la habitación me tome un buen chupito, casi un cubata de whisky solo de golpe. Era la ultima noche que estaría con el… y se había esfumado ya, ese día no fue nada bien. Cogí el pedo y acabe durmiéndome a la vez que lloraba y lamentaba esa situación tan horrenda.
Al día siguiente cogimos el autocar, haríamos una parada en un pueblo. En el autocar pensaba que le tenia que decir algo, cuando llego la hora de bajar me puse nerviosa, el me había echo una bromita de las suyas y no reí, de lo nerviosa que estaba. Le dije que teníamos que hablar y el se pensó que me había sentado mal la bromita, le dije que no era nada de eso, le dije que estos días me lo había pasado muy bien con el, que le echaría mucho de menos, etc.… El me dijo que el también, me echo una mirada de las suyas, pero el también estaba nervioso, media sus palabras. No se por que…
Proseguimos con la visita al pueblo, y hablamos todo el camino. A la vuelta al autocar le pregunte si se quería poner conmigo, el acepto con una sonrisilla.
De camino, el rozaba su pierna contra la mía. Me quede parada, pensando ¿por que?, conteste y roce mi pierna con la suya. Había roces pero no pude determinar por que eran. entonces me pare a pensar, me dije a mi misma que era cosa mía, que le dolería la pierna o algo, que no seria para acercarse a mi, así que en todo el trayecto estuve muy tensa sin saber que hacer, a veces me giraba para la ventana, y a veces me acercaba mas a el. Al final llegamos a nuestra ciudad. Nadie me vino a recoger, cosa que no era muy agradable.
La semana siguiente fueron las recuperaciones. Hice una poesía para el, hablando sobre el fin de curso que había pasado junto a el, mis sentimientos, y mi miedo a perderle. Fui a las recuperaciones y le di un sobre con mi poema, estaba en el despacho que tienen los profesores. Le dije que la leyera, con voz quebrada dijo que la leería mas tarde, que le daba “miedo”. Estaba muy vergonzoso. Me dijo que fuera al día siguiente para hablar sobre el poema, busco incluso una excusa, dijo: “mañana tengo el día libre, pásate a por las notas de francés”. No se creía ni el que me fuera a dar la nota.
No pude esperar así que fui a última hora y le cogí por banda. Hablamos de que no sabía a donde iría a trabajar, hablamos del poema, me dijo que había cosas que ni el se acordaba de haber dicho, le conteste: “lo que me importa se me quedara en la cabeza”.
El caso es que me dijo: “Tu eres muy guapa, inteligente y que sabe lo que quiere, y por aquí no hay muchas de esas”. Me puse roja y no supe que decir. Añadió: “Es una lastima pero nos han tocado edades distintas” (como si le hubiera gustado intentar algo conmigo). También me dijo que me buscara un buen chico. Le dije que no hay mucho de mi edad que tengan algo de cabeza y que le echare mucho de menos. Hablamos un rato más… y me fui.
Al día siguiente aparecí por allí, fui al despacho de profesores, el estaba corrigiendo exámenes, pero me atendió, fuimos a un laboratorio y allí hablamos mucho mas rato. No volví a aparecer hasta el día de las notas.
Le compre un libro: “El monje que vendió su Ferrari”. Creo que le gustaría, va un poco acorde a como es el. Se lo daría el día 30 ya que no estarán más los profesores por el colegio y el día 6 es su cumpleaños.
El día treinta fueron las notas, y fui, hablamos unas cuantas chicas y yo con el. Me espere a que cerrara la puerta, cuando ya lo hizo le pregunte, “¿cuantos cumples ya?” Le saque el regalo y se puso vergonzoso. Me dijo que si era por su cumpleaños, y le volví a decir, “Lo importante se me queda en la cabeza”. Me dijo que el no tenia nada preparado para mi, hablamos sobre el bachillerato, que no me habían cogido y de lo que hará el más adelante, abrió el regalo y me dijo que lo había visto en una tienda (vamos que acerté totalmente). Le hizo mucha ilusión, me dio dos besos, con esa barba espesa… seguimos caminando por el instituto, y seguimos hablando. Le dije que viniera a las 18:00 era la entrega del diploma el me dijo que no sabría si podía.
Tuve esperanzas en que viniera. Me arregle con mi mejor vestido, miré por todos lados pero no apareció. Luego recordé lo último que me dijo. Lo analice y me di cuenta de que era una despedida. No creo que lo vuelva a ver.
Amor correspondido, pero prohibido.
Él siempre ha sido amable, gracioso y sobretodo me ha respetado. Es el hombre más decente que he conocido nunca. De veras, es un buen hombre y espero que ninguna mujer lo trate mal, porque el es un trozo de pan.
(Anónimo)