La dejé marchar y ahora no dejo de pensar en ella
Hola. Mi nombre es Juan Manuel y tengo 27 años. Mi historia es una casi tipo de telenovela. Es rara. Cuando platico con mis cuates me dicen que estoy loco, pues la verdad puede ser cierto pero mi locura viene de tiempo atrás. Ahora me encuentro casado con un hijo maravilloso.
La historia comienza cuando tenía 17 años, o sea, un buen tiempo. Conocí en la empresa de mis padres a una niña hermosa de 23 años. No sé qué me gustó de ella, pero algo me impresiono mucho. Su nombre es Irene, vamos a dejarlo hasta ahí. Así la llamaremos.
Bueno, resulta que empecé a tratarla. Yo, ilusionado como cualquier chamaco de esa edad. Pasó el tiempo y la invité a salir y accedió, de ahí se dio todo poco a poco. Salimos varias veces, imagínense como anda como todo un hombre crecido hasta el cielo. Pues imagínense, una señorita le hace caso a un adolescente. Todo continuaba normal hasta un momento, pues la inmadurez tenia que ganar. Así es, mi inmadurez llegó a determinar el termino de esta relación.
Ella quedo ilusionada, me quería un buen no se imaginan hasta que grado, pero por mi orgullo, mi indiferencia, mi altivez y soberbia pues poco a poco la dejé aunque no sabía que por adentro la quería un buen. Pues así siguió el tiempo, nos veíamos de vez en cuando y platicábamos.
Es una historia larga, pues aún así en 2008 sigue ella viva dentro de mí, pero demasiado tarde. Tal vez estoy pagando poco a poco el daño que le hice, lo que sufrió ella. Tómala, la estoy sufriendo yo. Pues ni modo, ya todo está perdido. Ella ya sale con otra persona y yo empezaba a hablarle a ella, pero tal vez por mi compromiso está como dicen en mi tierra peinado.
Si supieran que todavía recuerdo el último día que le di un beso, lo tengo tan grabado en mi mente que pareciera que fue ayer. Es linda, la verdad con quien se quede se va a llevar una gran mujer. ¿Saben?, me dedique a perderla. Ahora no se qué hacer. Tal vez mi vida es un fracaso sin ella, ya valió, pues ahora yo le deseo todo lo mejor y espero que encuentre a alguien que en verdad la ame ya que yo no pude.
Falle como todo buen mexicano, pues ahora mi vida esta como sin rumbo pero debo de superarlo.
Bueno, eso es una parte de mi historia. Realmente es larga, muy larga, pero muy bonita.
Irene, donde quiera que te encuentres, te deseo lo mejor y créeme que te voy a llevar dentro de mi corazón hasta el ultimo día de mi vida en la tierra. Espero que nos encontremos en la otra vida y créeme que no desaprovecharía la oportunidad. Te amo.
(Anónimo)
La historia comienza cuando tenía 17 años, o sea, un buen tiempo. Conocí en la empresa de mis padres a una niña hermosa de 23 años. No sé qué me gustó de ella, pero algo me impresiono mucho. Su nombre es Irene, vamos a dejarlo hasta ahí. Así la llamaremos.
Bueno, resulta que empecé a tratarla. Yo, ilusionado como cualquier chamaco de esa edad. Pasó el tiempo y la invité a salir y accedió, de ahí se dio todo poco a poco. Salimos varias veces, imagínense como anda como todo un hombre crecido hasta el cielo. Pues imagínense, una señorita le hace caso a un adolescente. Todo continuaba normal hasta un momento, pues la inmadurez tenia que ganar. Así es, mi inmadurez llegó a determinar el termino de esta relación.
Ella quedo ilusionada, me quería un buen no se imaginan hasta que grado, pero por mi orgullo, mi indiferencia, mi altivez y soberbia pues poco a poco la dejé aunque no sabía que por adentro la quería un buen. Pues así siguió el tiempo, nos veíamos de vez en cuando y platicábamos.
Es una historia larga, pues aún así en 2008 sigue ella viva dentro de mí, pero demasiado tarde. Tal vez estoy pagando poco a poco el daño que le hice, lo que sufrió ella. Tómala, la estoy sufriendo yo. Pues ni modo, ya todo está perdido. Ella ya sale con otra persona y yo empezaba a hablarle a ella, pero tal vez por mi compromiso está como dicen en mi tierra peinado.
Si supieran que todavía recuerdo el último día que le di un beso, lo tengo tan grabado en mi mente que pareciera que fue ayer. Es linda, la verdad con quien se quede se va a llevar una gran mujer. ¿Saben?, me dedique a perderla. Ahora no se qué hacer. Tal vez mi vida es un fracaso sin ella, ya valió, pues ahora yo le deseo todo lo mejor y espero que encuentre a alguien que en verdad la ame ya que yo no pude.
Falle como todo buen mexicano, pues ahora mi vida esta como sin rumbo pero debo de superarlo.
Bueno, eso es una parte de mi historia. Realmente es larga, muy larga, pero muy bonita.
Irene, donde quiera que te encuentres, te deseo lo mejor y créeme que te voy a llevar dentro de mi corazón hasta el ultimo día de mi vida en la tierra. Espero que nos encontremos en la otra vida y créeme que no desaprovecharía la oportunidad. Te amo.
(Anónimo)