Hizo posible lo que soy
Mi historia comenzó en agosto de 2007. Yo estaba muy depresiva. Estaba mal la relación con mi ex marido, mis hijos estaban sufriendo. Estaba terminando una relación q creí que me iba a hacer feliz y fue solo una desilusión. Hubo mucho maltrato hacia mi persona. Mi prima me invita a salir con un viejo amigo y un amigo de el que era de otra provincia.
A lo primero no me cayó muy bien su amigo. Era muy arrogante, su mirada fuerte. No necesitaba decirte las cosas con sus ojos decía todo, pero yo en ningún momento deje que eso me afectara. Tengo mi carácter también.
Desde ese día en adelante este forastero me llamaba para invitarme a todos lados. Salidas y lugares que me hubieran encantado ir, pero siempre le dije que no. no me anima a aceptarle las invitaciones. Será porque era más grande que yo. No se
Salí un par de veces después y me encantaba charlar con el. Siempre me aconsejaba, porque claro yo pensaba mucho en los demás y el me quería hacer entender que tenia que empezar a pensar en mi. Me hacia sentir que yo valía mucho. Siempre me lo estaba diciendo. Decía que yo tenía humildad, sencillez y sinceridad.
Pasaron algunas cosas y nos alejamos por un mes. El iba y venia de su provincia a la mía, pero habíamos perdido contacto.
Hasta que un día pregunto por mi y yo justo en ese momento estaba por el piso muy mal, depresiva, sola, muy triste. Me dijeron: “Héctor te invito a salir… ¿querés ir?”
Yo dije: “si, si”. No lo dudé, porque el me levantaba el animo en un segundo. Tenía una forma de hablarme tan especial. Me hablaba con el corazón.
Desde ese día en mas no me separe de el. Yo era otra persona. Nos hicimos muy amigos, reíamos, charlábamos. Estuvo en casa conviviendo conmigo 6 días.
Él era otra persona. Ya no hablaba de plata, plata, negocios, hacer plata, lujos.
Era otra persona. Me gusto lo q vi. Teníamos sentimientos en común.
Él tenía proyectos conmigo. Yo solo lo escuchaba porque le tenía mucha fe. Era un hombre de palabra.
El miércoles 21 de noviembre de 2007 tomamos mate, cenamos pollo y tomamos media botella de vino porque a el le gustaba tomar vino con las comidas.
Se iba a su provincia después de haberme regalado un mes de mucha contención, cariño, consejos. Me enseño a pensar en mí, en mis hijos… a pensar en positivo, a no tirarme abajo, a buscarle la solución a mis problemas, a no hacerme la cabeza.
En una semana volvía, pero no fue así. Se fue de mi lado. Ese miércoles despidiéndose de mi a las 23.45 de la noche, ese viaje q emprendió sin mi, que no tuvo vuelta. Aunque Dios se lo llevó, nunca me enoje con el.
Hoy ya casi un año de su partida, sigo sintiendo que esta cerca mío y es la luz que me guía día a día. No lo quise por lo que era, aunque lo admiraba y respetaba. Lo quiero por lo que soy, porque el lo hizo posible.
Héctor, siempre estarás en mi corazón.
(Anónimo)