The Last Story WII

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En unos momentos donde el juego de rol japonés parece no vivir sus mejores épocas, estuvimos probando en Japón el nuevo título del director Hironobu Sakaguchi para la Wii de Nintendo, The Last Story. El juego deja claro desde un primer momento que el JRPG no está muerto, que tan sólo estaba adormecido, y que el mercado japonés aún tiene mucho que mostrar e innovar en este género.

Hironobu Sakaguchi es un personaje de renombre en el género puesto que es el creador de la famosa saga Final Fantasy. Ya sea como creador, director o productor, ha participado en todos los títulos de dicha saga desde su primera entrega hasta la undécima, participando así en la época dorada que vivió la saga en PSone y PlayStation 2. Tras muchos años trabajando con Square Enix (anteriormente Squaresoft) en 2001 decidió crear un estudio independiente con el nombre de Mystwalker, donde desarrolló, por ejemplo, Blue Dragon y Lost Odyssey con la coproducción de Microsoft. Sin embargo, es en este momento donde el famoso creador japonés vuelve a tomar las riendas de un juego como director, algo que no hacía desde Final Fantasy V, y hemos de decir que parece que ha tomado la decisión en un momento crucial, dando un fuerte golpe en la mesa y ofreciendo un JRPG magnífico, innovador y que respira magia por todos sus poros.

El juego ha sido coproducido entre el estudio Mystwalker y Nintendo y se ha presentado en exclusiva en Wii. Tras una primera semana situado en primera posición en el ranking de ventas en el país nipón, el juego ha sufrido un descenso de las mismas bastante considerable, y por otra parte su salida en Europa todavía no está confirmada. Además, el director y creador japonés ya declaró que si el juego no tiene suficiente éxito podría considerar la opción de apartarse de la industria al menos temporalmente.

Mercenarios, amor y un mundo en peligro
Si bien es cierto que el argumento no destaca por su completa innovación usando referentes clásicos como el viaje del héroe (el héroe, la heroína, el antagonista, el maestro mentor…), The Last Story retoma el camino de la creación del JRPG pero intentando alejarse en cierta medida del componente más futurista al que estamos acostumbrados en estos juegos. Así pues, aunque la ciencia ficción sigue presente, lo hace de una manera más liviana y todo toma un aspecto más medieval en muchos sentidos, armas, ambientación, escenarios etc.

En The Last Story comenzaremos el juego sin ninguna introducción espectacular con gráficos apabullantes, animaciones imposibles y música para hacer enloquecer. No, el título comienza sencillo, casi cercano a lo puro, con una leve música y un menú blanco y sin apenas gráficos. Una vez que comenzamos la partida se nos transportará a una caverna donde comenzaremos a manejar a los diferentes personajes que forman el grupo que nos acompañará en nuestras aventuras.

Nosotros tomaremos el control de Elza, un joven que tuvo que presenciar la muerte de sus padres y que conoció a su compañero Quark mientras vagaba huérfano por las calles. Éste es considerado como un hermano mayor para Elza. Pasados los años y junto a otros compañeros como son Seiren, Yuris, Manamia y Jackal, forman un grupo de mercenarios que se gana la vida como buenamente pueden. Durante una noche por las calles de la ciudad de Ruli, nuestro protagonista conoce a la ingenua Kanan, la heroína al caso, y a partir de aquí comenzarán una serie de aventuras que estarán divididas en diferentes capítulos dentro del juego.

No parece, ni es, una historia especialmente original en el concepto general, sin embargo la buena (y estereotipada en algunos casos) caracterización de los personajes, su evolución, su pasado y en general la riqueza de cada uno de los personajes proporciona un gran valor al argumento. Hay secretos y acontecimientos pasados que descubrir y que se nos contará con cuentagotas, dando así la impresión de una historia verdaderamente trabajada en su totalidad. La historia engancha y además ofrece una jugabilidad rica y diferente, algo que nos mantendrá aún más pegados a la pantalla.

Fuente: vandal.net