"Las huellas que nos trajeron hasta aquí"
Aun recuerdo aquel mañana lejano
en que amanecieron mis veinte años;
fuego adivinado que calentaba
mis ensoñaciones de futuros desdibujados.
Sembraba mis diecisiete con premuras y miradas,
siendo Colon insaciable de experimentos de vida
que me acercaban al abismo, y a una nada
que con sombras de cristales rotos se vestía.
Me reté a no cumplir los cuarenta en las cornisas
de hielo con olor a madrugada, y ni las
tiernas caricias con que mimaba mi sueño
refrenaron el hambre de aplausos y sonrisas.
No supe devolverles el cariño y los besos
a los años que murieron en mi regazo,
esos fieles compañeros enjambrados
en que me aupé para llegar a los veintitantos.
(Antonio Domingo)