El cielo se me ha ido de la vida



El cielo se me ha ido de la vida



Esta es mi historia:
Siempre viví con la ilusión de encontrar a mi persona ideal, al príncipe de mis sueños, a mi otra mitad, siempre creí que esa persona existía y lo creí aun más cuando él llego a mi vida.

En realidad él me amaba desde hacía mucho tiempo, desde adolescentes. Él me veía como algo inalcanzable y yo ni cuenta de su existencia. Luego de un tiempo, me conquistó. Fuimos novios un año y medio, pero aún no lo amaba, lo quería mucho pero no podía amarlo, porque algo nos iba a separar y esa sería la distancia. Yo sabía que tenía que viajar con mi familia a otro país y no quería ilusionarme ni tampoco ilusionarlo más, pero siempre guarde recuerdos muy lindos de él.

Hasta que llegó el día en que regresó a mi vida, ya de grandes, yo tenía 20 años (ahora tengo 24), y por medio del MSN el logró encontrarme. Me gusto tanto ese detalle, me gustó tanto pensar de a pesar de tantos años me seguía amando, y me enamoré de él. Admire tanto su amor por mí que decidí regresar con él, decidimos hacer esto juntos a pesar de la distancia. Yo estaba a miles de kilómetros estudiando y el también, así que prometimos terminar de estudiar y cuando llegue el día, juntarnos y ser felices, siempre tuvimos ese objetivo. Nos llamábamos seguido, nos mandábamos mensajes, nos encontrábamos siempre en el chat, yo viajaba una vez al año a verlo, él venía a verme, pero solo podíamos estar juntos un mes o un poquito más.

Pero el tiempo nunca bastaba, se iba muy rápido, pero nuestras ganas de estar juntos y ser felices eran mayores, cada día mi amor por el crecía, nos amábamos tanto, estaba siempre al pendiente de él, luchábamos juntos contra todo y todos, pues ustedes saben lo que dicen: un amor de lejos… pero nosotros creímos, confiábamos y respetábamos el amor que nos teníamos. Pero algo nos pasó, pues hace unos meses me entere que estuvo mandando unos mensajes a una prima enamorándola, claro, no con su nombre real, pero bueno, me dolió mucho ver esos mensajes. Creo que a partir de ese momento mi confianza hacia él se quebró, sentí que el mundo se me hundía, el admitió la estupidez que hizo, admitió haber mandado esos mensajes, pero me juró que jamás me fue infiel físicamente y que ese “error” jamás volvería a suceder, pero yo empecé a desconfiar de él y desde aquel entonces empezaron las discusiones, peleábamos por tonterías, y lo peor es que la distancia no ayuda a solucionarlas. Yo aún lo amaba dentro de tantos problemas, aunque la desconfianza le puso límites a mi amor. Me dolía no poder amarlo tanto y -con el transcurso de los días, semanas y meses- él se esforzaba porque todo fuera normal, aunque de vez en cuando teníamos discusiones y la mayoría de ellas era por culpa de la distancia. Yo lo extrañaba con locura pero él trataba de devolverme la calma y, bueno, yo creí que podía seguir amándolo con la misma intensidad y creí que podría seguir arriesgándome a amarlo.

pero de repente empecé a pensar si lo hacía feliz, pues aún me faltan dos años para terminar la universidad y serán dos años más de ausencia, dos años más de discusiones y limitaciones. Yo me puse a pensar en lo que nos estábamos prohibiendo y me di cuenta de lo que le estaba haciendo, pues a pesar de amarlo, lo retenía conmigo. Yo siempre fui una persona muy romántica, y cuando veía a las demás parejas, me daba mucha tristeza porque yo no podía gozar esa felicidad a pesar de tener alguien a quien amar, y quizá, también él, quien no puede llevar una vida de novios normales, como la de sus amigos o conocidos.

Yo quiero a quien me pueda demostrar su amor todo el tiempo, a quien poder ver y tocar cuando quiera. Yo quiero ser feliz todo el día, todos los días, he llorado tanto pero tanto por él, por nuestro amor, pero que podía hacer.

Hace poco me decidí a dejarlo ir, me decidí juntar las fuerzas que no tenia para decirle que ya no lo amaba, que se enamorara de otra, que no perdamos el tiempo, que sea feliz, aunque por dentro me desgarraba el corazón. Lloraba mientras le escribía todas esas cosas, él con su orgullo en mano me dijo que ya veía venir esta situación, pues por mi actitud de los últimos días, el presentía esta situación, y me dijo que lo deje, que no lo llame ni intente comunicarme con él, que me aleje de su vida. Yo sé que tengo que dejarlo ir y, aunque ya lo hice, no puedo dejar ir su recuerdo, es como una tortura interna que llevo, algo que me dice que estoy dejando ir al amor de mi vida, que siga luchando por él pero ya no puedo, ya no tengo fueras para luchar. He peleado por nuestro amor 5 años, ¿nos hemos privado de tanto así que como dejar ir tanto esfuerzo? como hacerlo si cada día su amor está presente, sé que debo seguir con mi vida, pensar en mí, pero estoy perdida, no sé como seguir, como acostumbrarme a un mundo sin él, sin mi mejor amigo. Sé que debo seguir porque no hay otra manera aunque eso signifique que mi vida haya perdido su significado.

Esta es mi triste historia, la historia de una chica que conoció al amor de su vida pero que tiene que dejarlo ir, tiene que renunciar al amor para no lastimarse más, ni lastimarlo más a él. Te amo David, aunque nunca me perdones lo que te estoy haciendo.

(Anónimo)